Se reabre la frontera entre Colombia y Venezuela

La crisis generada tras la situación pandémica global, poco a poco, parece empezar a disolverse. Los distintos países a lo largo y ancho del globo terráqueo lo han pasado realmente mal para poder gestionar el desconfinamiento y la vuelta a la normalidad de forma excesivamente lenta y gradual, pero la llegada de las distintas vacunas está teniendo resultados positivos.

Una de las medidas más comunes fue la clausura de las fronteras de los países y el Gobierno de Nicolás Maduro así mantuvo Venezuela durante 14 largos meses para contener la pandemia del coronavirus. Sin embargo, Colombia decidió reabrir por sorpresa a partir de la madrugada de este primer miércoles de junio sus pasos fronterizos con Venezuela, que se mantenían cerrados desde hacía más de un año entero como parte de las medidas para contener la propagación de la pandemia en su territorio.

Como viene siendo costumbre, esta nueva medida se aplicará de forma “progresiva” como parte de los esfuerzos de reactivación económica con los que se intentan expresar los colectivos a los que más afecta este momento tan crítico mediante manifestaciones, bloqueos y quejas públicas que se vienen dando durante varias semanas acumuladas, además de que las autoridades también están luchando contra la tercera ola del virus. El puente internacional Simón Bolívar, que es el principal paso entre Venezuela y Colombia, fue cerrado en marzo de 2020 y ya se comienza a apreciar el flujo del tráfico entre ambas naciones.

La vuelta a la normalidad, paso a paso

No son los primeros vecinos con los que los colombianos reestablecen la comunicación, ya que el Gobierno de Iván Duque ya había reabierto desde el pasado 19 de mayo los pasos terrestres y fluviales con los países más cercanos como Ecuador, Brasil, Perú o Panamá, pero se mantenía en el aire la decisión sobre si abrir o no la caudalosa línea que separa la nación de Venezuela, al tratarse del escenario con mayor flujo migratorio del continente.

Los representantes de ambos Estados ya habían anunciado que la posibilidad de abrir las fronteras se estaba estudiando desde el mismo comienzo del mes de junio, pero el lunes se publicó un decreto en Colombia sobre la emergencia sanitaria que extendía el cierre hasta septiembre. No obstante, menos de 24 horas después, el martes de esta misma semana, el Ministerio del Interior sorprendió con una resolución por la cual se abrían los pasos terrestres y fluviales de la frontera con la República Bolivariana de Venezuela.

La reapertura se hará de manera cautelosa y con un despliegue de medidas que garantice la seguridad de cada punto de acceso, de acuerdo con Migración Colombia. La autoridad migratoria anunció, entre otras medidas, una notable presencia de oficiales para cada puesto de control fronterizo, así como la instalación de cámaras térmicas para contabilizar la afluencia de viajeros, la complementación de dispositivos de salud en estos puntos, la implementación de horarios de entrada y de salida en los siete cruces formales y un sistema conocido como pico y cédula, que viene siendo común en la región colombiana Colombia. Este sistema se aplica a modo de rotación para el ingreso a los establecimientos y funciona de acuerdo al último dígito de la cédula.

Una de las fronteras más polémicas del mundo

trochas de las fronteras de Venezuela

Por su parte, el sistema de salud de Venezuela se encuentra al borde del colapso debido, en gran medida, a esta brecha de más de 2.200 km que separa el país de venezolano de Colombia. A lo largo de la historia, siempre ha sido un punto muy difícil de custodiar debido a la espesura de los incontables caminos informales que surcan la frontera, pero esta situación es particularmente peligrosa, ya que no supone un problema de tráfico de materiales ilegales o incluso prófugos de la justicia, sino que lo que se propaga junto a las personas estos días es un virus altamente contagioso que puede llegar a ser mortal.

Desde el comienzo de la pandemia, Colombia trató de sofocar este problema ya que es, con gran diferencia, el punto con más movimiento de masas con una media de casi 2 millones de migrantes. Además, las relaciones políticas de los representantes de ambos países no se encuentran en su mejor momento ya que Nicolás Maduro ha sido en distintas ocasiones acusado de mantener un cerco diplomático en cuanto al régimen chavista.

Por su parte, la ciudad colombiana de Cúcuta, ha supuesto uno de los embudos con mayor afluencia de personas en todo el mundo durante el año y los meses que llevamos confrontándola, razón de peso por la que se encuentra en una situación de mayor demanda de necesidades sociales y atenciones médicas. Al encontrarse precisamente en el borde, necesita una mayor coordinación por parte de las dos naciones, pero la cooperación entre tanta tensión que se arrastra desde tiempos previos a la era coronavirus, no parece llegar a buenos términos y la gestión de la situación avanza a un ritmo inferior al que debería.

Dicho esto, la esperanza es lo último que se pierde y, a pesar que el ritmo no sea el más rápido, gracias a la vacunación y las medidas que se van aplicando poco a poco confiamos volver a la normalidad antes o después.